Yo sé que hay gente en el mundo que su pan es el dolor,
que no encuentran alegría, no tienen calor ni amor.
Yo sé que hay hermanos míos con hambre y sin libertad.
/Ante esto me pregunto: ¿Qué hago yo por los demás? /2
Perdón, te pido, Señor, porque no he sabido amar;
descéntrame de este yo para darme a los demás;
Tus caminos muéstranos de bondad y comprensión;
exígenos ser renuevo para el verdadero amor.
Hombres hay a nuestro lado que buscan una amistad,
que se les tienda una mano para poder caminar;
Faltos de pan y cultura, en angustia y soledad.
/Ante esto me pregunto: ¿Qué hago yo por los demás? /2
Perdón, te pido, Señor, porque no he sabido amar;
descéntrame de este yo para darme a los demás;
Tus caminos muéstranos de bondad y comprensión;
exígenos ser renuevo para el verdadero amor.
Buscan a Dios, no lo encuentran pues no lo he sabido dar
porque sigo en mi egoísmo buscando comodidad.
Ábreme bien estos ojos para ver la realidad
/porque hablando de justicia, no me doy a los demás /2
Perdón, te pido, Señor, porque no he sabido amar;
descéntrame de este yo para darme a los demás;
Tus caminos muéstranos de bondad y comprensión;
exígenos ser renuevo para el verdadero amor.
Fuente: https://youtu.be/k0h97ckV_6g
SALMO 92
SALMO 92, 1-3
Bueno es dar gracias a Yahveh, y salmodiar a tu nombre, Altísimo,
Publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches,
Al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítara.
SALMO 92, 4-6
Pues con tus hechos, Yahveh, me regocijas, ante las obras de tus manos grito:
«¡Qué grandes son tus obras, Yahveh, qué hondos tus pensamientos!»
El hombre estúpido no entiende, el insensato no comprende estas cosas.
SALMO 92, 7-9
Si brotan como hierba los impíos, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre;
Más tú, Yahveh, eres excelso por los siglos.
Mira cómo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de mal.
SALMO 92, 10-12
Pero tú alzas mi frente como la del búfalo, derramas sobre mí aceite nuevo;
Mi ojo desafía a los que me acechaban, mi oído escucha a los malvados.
Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano.
SALMO 92, 13-15
Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro.
Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos,
Para anunciar lo recto que es Yahveh: mi Roca, no hay falsedad en él.
SALMO 95
SALMO 95, 1-3
Venid, cantemos gozosos a Yahveh, aclamemos a la Roca de nuestra salvación;
con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con salmos.
Porque es Yahveh un Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses;
SALMO 95, 4-7
En sus manos están las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes;
suyo el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron.
Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!
Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano.
SALMO 150
SALMO 150, 1-3
Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,
Alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,
SALMO 150, 4-6
Alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,
Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.
¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!.