El Señor espera de nosotros el cumplimiento fiel y amoroso de nuestras obligaciones y compromisos.
El Señor siempre nos encuentre haciendo bien lo que tenemos que hacer. En el texto del Evangelio de este domingo 27 del tiempo Ordinario (Lc. 17, 5-10) nos encontramos a los apóstoles pidiéndole al Señor que les aumente la fe ya que ésta se ha ido convirtiendo en la fuerza a través de la cual el Señor obra milagros. Con fe los hombres podremos perdonar los pecados, obrar con más amor y misericordia, así como Dios obra con nosotros.
Con fe podremos también pueden colaborar plenamente en el trabajo de la predicación que es sanadora y liberadora.
Pedirle al Señor que aumente nuestra fe sobre todo en los tiempos difíciles, en los que Él parece ausente de nuestra vida y problemática. Hay que pedir que aumente la fe porque reconocemos que Él es nuestro auxilio.
Tener más fe para poner toda nuestra confianza en Dios que nos ama, obrar cosas grandes y hacer milagros. La fe nos lleva a abrirnos al don del Espíritu Santo.
Podríamos llegar a una conclusión: los discípulos entendieron que dependiendo el tamaño de la fe así será la experiencia de Dios y la manifestación de esta en nuestras palabras y obras. Que el Señor nos aumente la fe para que pensamientos, palabras y obras sean expresión suya a través de nosotros.
La fe nos hace capaces de obrar a la manera de Dios.
Después de la petición Jesús reconoce que en los apóstoles ciertamente la fe es poca y que debe crecer, aumentar. La fe nos lleva a entender que Dios puede hacer obras grandes por nosotros. De fe es entender que Dios perdona, que Dios cambia el pecado en gracia. Dios nos sana, nos libera y todo movido por nuestra fe. Es en los momentos más difíciles que los discípulos deben entender que no están solos; que la relación con Dios no debe desfallecer y se nos invita a que pongamos la mirada más allá de la necesidad.
La relación con el Señor debe estar marcada por la confianza, por el saberse a su servicio y que sólo desde Dios es entonces que podremos entendernos y entender la vida.
Pidamos como lo hicieron los apóstoles la fe.
Es lo más grande que podemos tener. La fe tiene verdades eternas que no cambian. La fe se alinea con la doctrina del Señor para no ser superstición. La fe es confianza en Dios.
La fe es la virtud que nos lleva a cumplir la voluntad de Dios, la que nos hace siervos de Dios. El Siervo siempre está dispuesto a hacer lo que el amo le dice. Nosotros trabajamos para Dios, debemos orar y formarnos en la voluntad de Dios. Que nuestra fe sea el gran tesoro ya que con la fe poseemos al mismo Dios para poder obrar como Él en el mundo.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Lo más leído: Las 20 oraciones destacadas en www.oblatos.com
3. 15 minutos en compañía de Jesús sacramentado
4. Oración de una mujer por la salud de su esposo
7. Oración para antes de leer la biblia
8. Oración para antes de un viaje
9. Oración por los padres difuntos
11. Nueve domingos al divino niño Jesús
16. Oración antes de la confesión
18. Oración para antes de tomar una decisión
19. Ave María en varios idiomas
20. Coronilla de la divina misericordia
Fuente: P. Jaime Palacio
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd