Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana.
En nombre del Dios Padre,
del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche
y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo
de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.
Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana.
Tu mano acerca el fuego
a la sombría tierra
y el rostro de las cosas
se alegra en tu presencia.
Silabeas el alba
igual que una palabra.
Tú pronuncias el mar
como sentencia.
Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana.
Regresa desde el sueño
el hombre a su memoria;
acude a su trabajo,
madruga a sus dolores;
le confías la tierra
y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.
Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana.
Y Tú te regocijas,
oh Dios, y Tú prolongas
en sus pequeñas manos
tus manos poderosas.
Y estáis de cuerpo entero
los dos así creando,
los dos así velando
por las cosas.
Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana.
Bendita la mañana
que trae la gran noticia
de tu presencia joven
en gloria y poderío;
la serena certeza
con que el día proclama
que el sepulcro de
Cristo está vacío.
/ Alegre la mañana
que nos habla de Ti,
alegre la mañana /2
Fuente: https://youtu.be/RXqoDfv9EBM
SALMO 92
SALMO 92, 1-3
Bueno es dar gracias a Yahveh, y salmodiar a tu nombre, Altísimo,
Publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches,
Al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítara.
SALMO 92, 4-6
Pues con tus hechos, Yahveh, me regocijas, ante las obras de tus manos grito:
«¡Qué grandes son tus obras, Yahveh, qué hondos tus pensamientos!»
El hombre estúpido no entiende, el insensato no comprende estas cosas.
SALMO 92, 7-9
Si brotan como hierba los impíos, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre;
Más tú, Yahveh, eres excelso por los siglos.
Mira cómo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de mal.
SALMO 92, 10-12
Pero tú alzas mi frente como la del búfalo, derramas sobre mí aceite nuevo;
Mi ojo desafía a los que me acechaban, mi oído escucha a los malvados.
Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano.
SALMO 92, 13-15
Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro.
Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos,
Para anunciar lo recto que es Yahveh: mi Roca, no hay falsedad en él.
SALMO 95
SALMO 95, 1-3
Venid, cantemos gozosos a Yahveh, aclamemos a la Roca de nuestra salvación;
con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con salmos.
Porque es Yahveh un Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses;
SALMO 95, 4-7
En sus manos están las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes;
suyo el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron.
Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!
Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano.
SALMO 150
SALMO 150, 1-3
Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,
Alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,
SALMO 150, 4-6
Alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,
Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.
¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!.