Que ridículas se ven
las cosas que quisimos
con odio eternizar
tan rápido aprendimos
a saber odiar y
a nunca perdonar
que cuando el final sorprende
ya no hay forma de pensar,
volver atrás.
Para que dejar que el tiempo pase
si es ahora cuando se nos da el
mayor regalo el tiempo para amar.
Por que esperar que sea tarde
si es ahora que lo puedes dar.
CORO
A que esperar si la vida
es un suspiro que no dura
A que esperar si el perdón
es para darlo sin mesura
A que esperar si el mejor
momento es ya
A que esperar si el amor
cura los miedos y la duda
A que esperar, Dios está a tu lado y sabe de tu lucha
A que esperar lo importante
es que tu alma al final
se sienta en paz.
No te dejes engañar
pensando que tu mismo
solo te curarás
pues no hay nada de malo en
arriesgarse y ayuda poder buscar,
el orgullo se disfraza bien
y al final tan solo deja soledad.
Nadie niega las heridas,
nadie niega lo que duele
como quiera que haya sido
lo que sea te hizo mal
así la vida te lo ofrece
no te niegues hoy el chance
de sanar.
CORO…
(a que esperar)
A que esperar
lo importante es que tu alma
al final se sienta en paz
Este es el mejor momento,
no hay mejor momento
que el presente para decidirte
a amar.
Fuente: https://youtu.be/X6WUR9T4HUY
SALMO 92
SALMO 92, 1-3
Bueno es dar gracias a Yahveh, y salmodiar a tu nombre, Altísimo,
Publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches,
Al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítara.
SALMO 92, 4-6
Pues con tus hechos, Yahveh, me regocijas, ante las obras de tus manos grito:
«¡Qué grandes son tus obras, Yahveh, qué hondos tus pensamientos!»
El hombre estúpido no entiende, el insensato no comprende estas cosas.
SALMO 92, 7-9
Si brotan como hierba los impíos, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre;
Más tú, Yahveh, eres excelso por los siglos.
Mira cómo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de mal.
SALMO 92, 10-12
Pero tú alzas mi frente como la del búfalo, derramas sobre mí aceite nuevo;
Mi ojo desafía a los que me acechaban, mi oído escucha a los malvados.
Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano.
SALMO 92, 13-15
Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro.
Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos,
Para anunciar lo recto que es Yahveh: mi Roca, no hay falsedad en él.
SALMO 95
SALMO 95, 1-3
Venid, cantemos gozosos a Yahveh, aclamemos a la Roca de nuestra salvación;
con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con salmos.
Porque es Yahveh un Dios grande, Rey grande sobre todos los dioses;
SALMO 95, 4-7
En sus manos están las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de los montes;
suyo el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formaron.
Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Yahveh que nos ha hecho!
Porque él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano.
SALMO 150
SALMO 150, 1-3
Alabad a Dios en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza,
Alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza.
Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara,
SALMO 150, 4-6
Alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta,
Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación.
¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!.