CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

SAN PEDRO TOMÁS 6 DE ENERO

SAN PEDRO TOMÁS 6 DE ENERO

Tuvo un desarrollo espiritual estupendo. Gracias a él pudo afrontar con garantías todo lo que le esperaba después. Sin una preparación a fondo en lo religioso, es muy difícil para un creyente solventar todo lo que se le echa encima cuando menos lo piensa.

¿Qué hizo este joven para ser santo? Nada de particular. Supo vivir en continuo contacto con Dios, el eje que da vida a toda persona de fe. Fue un mártir del siglo XIV. Si el nombre de Pedro lo creó Jesús para designar la primera “piedra de la Iglesia”, desde entonces este nombre es de los más comunes a lo largo y ancho de las distintas lenguas.

Fue un monje que en su tiempo llegó a ser obispo, arzobispo y patriarca. Y por si esto fuera poco, también se le encomendaron altas y difíciles misiones diplomáticas.

Vino al mundo al inicio del siglo XIII en un pueblo del Perigord. Como joven de una densa perseverancia, se metió a carmelita para, de esta forma, observar mejor los consejos evangélicos de celibato, obediencia y pobreza.

Dadas sus cualidades, se convirtió con los años en el Superior General de la Orden Carmelitana y en uno de los miembros más cualificados de la entonces Curia pontificia.

El Papa Inocencio IV lo envió a Génova como embajador para que lograse que la paz entre la grandiosa ciudad de Milán y la República de Venecia se hicieran realidad.

Tras este éxito, el Papa lo mandó por motivos muy distintos a que trabajara por la unión entre la iglesia ortodoxa y la romana.

Tanto fue su éxito que, a su vuelta, lo nombraron legado universal para el Oriente y Patriarca de Constantinopla. Fue el Papa Urbano V.

El mismo rey de Chipre se lanzó a llevar a cabo una cruzada contra los turcos. El se unió a ella con la cruz, en lugar de con la espada.

Murió en Famagusta, Chipre, el 6 de enero de 1366.

Fuente: https://www.es.catholic.net

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