La Epifanía del Señor
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un abrazo cargado de bendiciones y de buenos deseos de paz y bien. Que la luz de Cristo ilumine nuestro camino, que su amor alegre nuestro corazón y que su sencillez, humildad, servicio y entrega sigan siendo el modelo para nuestros propósitos diarios.
Hoy celebramos la Epifanía, la manifestación de Jesús ante todas las naciones representadas en esto sabios o magos venidos de lejos y que reconocen en Jesús al Salvador.
Hoy se nos manifiesta la gloria del Señor, la que es reconocida en cada una de las ofrendas que entregan a los papás del pequeño como signo de reconocimiento de la grandeza de aquel que se hace fragilidad por nosotros. A Jesús le han llevado la riqueza de los pueblos porque Él es el Rey que nos ha nacido. El Salvador que ha venido en nombre de Dios a liberarnos.
Al presentarse ante Herodes los magos preguntan por el Rey de los judíos.
Al preguntar Herodes a los sumos sacerdotes y escribas habla del Cristo y en la respuesta que éstos dan al Rey se refieren al Pastor o caudillo que apacentará al pueblo. Profesiones de fe, en personas diferentes, que definen muy bien a Jesús, su realidad y el fin de la misión que el Padre Dios le ha encomendado. Ante la persona de Jesús y los proyectos de Dios siempre encontraremos quien los entienda y siga o quien los niegue o quiera destruirlos como es el caso de Herodes.
Dios nos acerca el misterio del amor en su Hijo nacido en Belén.
Dios nos orienta y encamina. Jesús se hace conocer gracias a la iniciativa del Padre Dios que lo ama y quiere que todos en Jesús descubramos la salvación y el amor que nos tiene, pero la decisión de adherirse al plan de Dios es de cada persona.
La Epifanía se convierte no solo en la fiesta de la manifestación de Dios en su Hijo sino también en la invitación a que nosotros nos acerquemos de nuevo a Jesús y le adoremos, con toda reverencia, y le entreguemos lo mejor de cada uno. Reconozcamos el esplendor de la luz que nos ilumina. Dios se deja encontrar de aquellos que le buscan con sincero corazón.
Vayamos al encuentro de Jesús como lo hicieron los magos que dejando todo se pusieron en camino; vayamos a Jesús con el deseo apasionado de conocerlo y de entregarle nuestro mayor tesoro que es la vida misma. El Señor Jesús se deja encontrar en los lugares o en circunstancias que menos esperamos; Dios está para sorprendernos y por eso es importante que nos pongamos en camino y que el deseo y pasión de querer encontrarlo nos guíen.
Jesús nos espera, reconozcamos la grandeza de Dios en el pequeño y ofrendemos la propia vida con la cual Dios hará grandes obras.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
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7. Oración para antes de leer la biblia
8. Oración para antes de un viaje
9. Oración por los padres difuntos
11. Nueve domingos al divino niño Jesús
16. Oración antes de la confesión
18. Oración para antes de tomar una decisión
19. Ave María en varios idiomas
20. Coronilla de la divina misericordia
Fuente: P. Jaime Palacio
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