CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA EL FIN DE SEMANA: FEBRERO 5 DE 2015.

Los demás son todos y nos tienen que importar.

 

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana y de tantas partes del mundo. Mi saludo que lleva los mejores deseos de paz y bien para el fin de semana que estamos por comenzar.

San Marcos nos enseña que para predicar el Evangelio y anunciar que el Reino de los cielos está cerca, que ha llegado, Jesús usa la Palabra. Invita a la conversión, a creer en el Evangelio, la buena noticia que muchos esperaban. Con la Palabra Jesús exhorta. A Jesús el Padre Dios nos ha invitado a escucharle. Los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra, son la familia de Jesús. Por la palabra Él da órdenes y hasta el mal, los demonios, le obedecen. Y es que su Palabra tiene autoridad y sus Palabras son Pan de vida eterna. Jesús solo habla lo que el Padre quiere revelarnos. Y en Él se nos revela como Dios de amor, de misericordia. Dios que nos perdona y nos llama a ser partícipes del Reino.

Otra manera que Jesús tiene de anunciar el Reino es con las obras y prodigios. Dios que nos ama nos sana, nos libera. Nos llena de valor para dejar el mal, para expulsar de nosotros mismos lo que nos hace daño. Genera conversiones de corazón.

Dios que nos ama, pasa haciendo el bien, perdonando los pecados y tocando a todos aquellos despreciados y marginados de cualquier proyecto de salvación como son las mujeres, los niños, los publicanos… Dios toca a los enfermos, les impone las manos, les sana. Dios resucita a los muertos. Y es que Dios es vencedor. Dios es vida, salud, paz y amor. Por eso quien está con Dios puede hacer las obras que hace Jesús y puede amar y predicar y sanar como Jesús. Quien está con Dios llena de posibilidades el Reino.

El encuentro con Jesús cambia la vida. Lo que hace Dios para sernos cercanos, para estarse con nosotros, para mostrarnos su amor y lo importante que somos, nos tiene que llenar de fuerza, de vitalidad y por eso la mejor respuesta que podemos dar es ponernos al servicio de los demás, del mismo Jesús que se viven en los demás y de manera especial en los más necesitados.

Otro dato importante que nos presenta también Marcos en el texto con el que nos encontraremos el domingo (1, 29-39) es que nada opaca ni debería opacar la experiencia de cercanía con el Padre. Los momentos de encuentro, de oración de intimidad con Dios son fundamentales y más cuando la tendencia es la fama, la popularidad. Es en la oración donde nos estamos constantemente reencontrando con el rumbo; la oración no deja que el horizonte y la razón de ser de la vida al servicio de los demás se pierdan. La oración da la fuerza que necesitamos para salir a otros lugares y para vivir en aquello que es la razón de la vida de cada uno.

Y es que hay que recorrer los caminos, hay que palpar las necesidades.

Hay que dejar las zonas de confort. Todos necesitan lo mejor de cada uno. Todos pueden gozarse de los dones de Dios y de lo que Él realiza a través de nosotros.

Los demás, en la experiencia del Evangelio, del Reino; te tienen que importar. Los demás esperan lo mejor de ti y los demás son todos incluyendo aquellos que no llegan a representar algo para ti o que has excluido por alguna dificultad.

El Reino te espera. Dios te espera. Volvamos al Evangelio y desde allí iniciemos la experiencia de fe en el Dios que nos ama.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd