
DIA TERCERO
María, modelo de protección.
Oración preparatoria
Reina misericordiosa de los cielos y la tierra, que bajo la advocación de El Cisne has querido protegernos especialmente haciéndonos destinatarios de favores y gracias particulares, hoy venimos a buscar consuelo en nuestras aflicciones y necesidades, acógenos bajo tu maternal amparo y acepta benigna el humilde homenaje de esta novena y los votos de nuestro amor reverente.
Confiados a tu intercesión haz que logremos conseguir el remedio a nuestras necesidades (petición) y ser exaltados a la Jerusalén celestial a donde te rogamos nos conduzcas para ser dignos de tus alabanzas, por los siglos de los siglos. Amén.
Comienzo de la novena
- Por la + señal de la santa Cruz, +de nuestros enemigos, +líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo +
- Yo confieso ante Dios Topoderoso y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, por eso ruego a la Santísima Virgen María, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. Amén.
Oración para todos los días
Oh Dios, que quisiste que nuestra Madre la gloriosísima Virgen María fuera venerada en la hermosa imagen de Nuestra Señora de El Cisne; concédenos, bondadoso, que sepamos imitar siempre en este mundo el testimonio cristiano de aquellas cuyas alabanzas merezcamos contemplar en el cielo. Amén.
Escuchemos la Palabra. (Lc 2,41-52)
“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el templo sentado en medio de los maestros”.
Palabra del Señor.
Consideración para el tercer día
La verdadera devoción a María consiste en estar desprendidos de todo lo terreno, y unidos al Creador por caridad. Según esto, piensa que, el primer movimiento de la Virgen María fue entregarse a Dios de tal manera que, vino a quedar internamente desprendida de todas las cosas, consagrándose y uniéndose a Él con lazo indisoluble, por lo cual repetía con la mayor ternura: “Mi amado para mí y yo para mi amado”. (Cant. 2,16).
Compromiso
Cuidar de las personas que comparten la vida cotidiana conmigo, especialmente los más pequeños y los más débiles.
Padre nuestro, Dios te salve y Gloria.
Oración final
¡Oh amantísima Madre de El Cisne! Tu nombre llena de gozo el corazón y de suave paz el alma. Y ¿Quién podrá contar las penas que has remediado?, ¿Qué corazón habrá tan duro que no se haya convertido al invocarte?, ¿Qué pesar no encontrará en tus labios una sonrisa de calma y de ventura? Sí, Madre, confiados en que eres toda bondad y hermosura, te encomendamos las necesidades que, por todos lados nos oprimen; en tus manos está el omnipotente Corazón de Dios, muévele, pues, a favor nuestro y ya que somos tus hijos, tenemos derecho a tu maternal compasión y nuestras súplicas jamás serán desatendidas. Amén.
Nuestra Señora de El Cisne, ruega por nosotros. (Tres veces)
Canto final.
Fuente: Manual de Piedad Misioneros Oblatos
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20. Coronilla de la divina misericordia
