CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Crónicas

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Los dos Libros de las Crónicas (Paralipómenos) formaron en su origen un solo libro. Fueron divididos en dos por los Setenta, probablemente por razones prácticas.

Paralipómenos, es decir Suplementos, se llaman en griego estos libros porque traen cosas omitidas en los demás libros sagrados; pero además son un resumen de la historia del Antiguo Testamento. Los judíos los llamaban «las Palabras de los Días», y San Jerónimo, para señalar su importancia, les dio el nombre de «Crónica de las Crónicas». Pero no deben confundirse con el Libro de las Crónicas o Anales, tantas veces citados en los libros de los Reyes, y en éstos mismos; aquél se perdió, pero es posible que estuviese resumido en éstos.

El primer libro refiere en su primera parte (caps. 1-9) las genealogías desde Adán hasta David, y en la segunda (caps. 10-29) la historia de David.

El libro segundo trata primeramente de la historia de Salomón (1-9) y luego principalmente del reino de Judá hasta su caída (10-36), incluyendo el decreto de libertad dado por Ciro.

Si bien los Paralipómenos son un resumen de la Historia Sagrada, constituyen, sin embargo, una obra personal e independiente.

El fin que se propuso el autor fue demostrar que los tiempos en que el pueblo de Dios cumplía con la Ley, eran los mejores. Por eso pasa por alto los acontecimientos que no están relacionados con la religión y el culto; lo que, sin embargo, no quiere decir que su obra no tenga valor histórico. Muy al contrario, en la esfera religiosa, a que se limita el autor, pudo recurrir a otras fuentes, ante todo las listas genealógicas, guardadas en el Templo, las cuales no estaban al alcance de otros historiadores.

Las llamadas contradicciones con otros libros del Antiguo Testamento se solucionan fácilmente para los que adoptan las reglas de una sana hermenéutica, y no se erigen orgullosamente en jueces de la Palabra divina. Pues, como observa San Jerónimo, todo el conocimiento de las Escrituras se encierra en este volumen, en cuanto a la inteligencia de la historia.

El autor de los Paralipómenos es desconocido.

Algunos lo buscan en Esdras o Nehemías, y para demostrar su tesis aducen la semejanza de estilo, explicando, por otra parte, como adiciones posteriores todas las cosas que denuncian un origen más moderno, p. ej. la prolongación de la genealogía davidica hasta seis generaciones después de Zorobabel, etc.

Seguramente los dos libros no han sido compuestos antes del cautiverio babilónico, sino probablemente en tiempos de la restauración del pueblo judío, con el fin de ilustrar sobre su historia sagrada a los judíos vueltos a su tierra, y facilitar el reparto de ésta según las genealogías. Quiso inculcarles que eran un pueblo teocrático, separado de los demás pueblos de la tierra y elegido para dar culto a Yahveh. De ahí la preferencia que el autor diera a la organización del culto que es el sello de la unión de Dios con su pueblo.

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