CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

HORA SANTA PARA EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 2009

1.   OFRECIMIENTO

TODOS: Señor Jesús, aquí estamos, esta tarde, ante ti, porque queremos seguir tu camino. Tu vida entera ha sido una obra de amor constante; tú has hecho crecer a tu alrededor todas las semillas de la fe y de la esperanza; tú nos has mostrado la única manera de vivir verdaderamente humana; tú nos has enseñado la confianza más plena en Dios, el Padre.
Señor Jesús, toca esta tarde nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que sólo tú puedes dar.
Te lo pedimos con todo el agradecimiento del que somos capaces, porque tú nos lo has dado todo, y sin ti no podríamos hacer nada…Amén

2.   LA PALABRA:

Del Evangelio según San Juan. 3,14-17; 12, 32-33.
Dijo Jesús: Así como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo de Hombre, para que todo el que crea tenga la vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo unigénito… Porque Dios no ha enviado su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él… Y yo, cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. – Palabra del  Señor.

3. CANTO

Cuanto he esperado este momento
Cuanto he esperado que estuvieras así
Cuanto he esperado que me hablaras
Cuanto he esperado que vinieras a mi.

Yo sé bien lo que has vivido, yo sé bien porque has llorado; yo se bien lo que has sufrido pues de tu lado no me he ido

Pues nadie te ama como yo, pues
nadie te ama como yo; mira la
cruz, esa es mi más grande prueba.
Nadie te ama como yo
Pues nadie te ama como yo, pues nadie   te ama como yo;
mira a la cruz, fue por ti, fue porque te amo. Nadie te ama como yo.

4. REFLEXION

Al ver exaltada la Cruz pensamos sin más en las palabras de Isaías: “La raíz de Jesé se alzará como bandera para los pueblos”. Porque “el Señor alzará su estandarte en las naciones y reunirá a todos los pueblos en torno a la bandera” (Isaías 11,10-12). Esta bandera no es otra que Jesucristo, y Jesucristo Crucificado.
Jesús acepta plenamente esta idea: “Cuando yo sea levantado en lo alto, atraeré a todos hacia mí”. Por eso Cristo no podía morir sino en la cruz.
Cruz y Eucaristía están unidas indisolublemente, desde que Jesús nos dejó la Eucaristía como memorial de su Cruz. Lo cual exige de nosotros un doble programa de amor y de sacrificio.

5. HABLEMOS A JESÚS : 

TODOS: Señor Jesucristo, tu bandera es signo de tu amor y, como toda bandera, está teñida de sangre, la tuya propia y la de todos los que luchan por ti.

Yo quiero alistarme bajo tu enseña gloriosa, y te digo y te repito mil veces que te amo y que por tu amor me sacrificaré en el cumplimiento fiel de todos mis deberes cristianos. Si hoy participo contigo en todas las batallas por el Reino, cueste lo que me cueste, sé que un día participaré‚ también, con gozo indecible, en el triunfo glorioso que te mereciste con tu Cruz.

6. CONTEMPLACION:

Cristo Jesús, bandera desplegada ante todas las naciones.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que tienes tu trono en el Calvario.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que atraes todas las miradas.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que arrastras todos los corazones.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que en la Cruz eres nuestra victoria.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que eres la paz de los pueblos.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que en la Cruz eres nuestra fuerza.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que nos das la alegría del triunfo.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que nos impulsas a la generosidad.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que en la Cruz nos atas al amor.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!
Cristo Jesús, bandera que nos quitas el horror al sacrificio.
T: – ¡Gloria a ti, Señor Jesús!

7. ORACION

TODOS:    Señor Jesús, que llamas voluntarios a tu seguimiento y quieres que yo me distinga en fidelidad a ti. Dame generosidad para seguir tu bandera hasta dondequiera que Tú la enarboles. Enciéndeme en tu amor, para que llegue hasta el fin, sin desanimarme nunca ante cualquier dificultad.
Madre María, modelo y guía de los que siguen a Jesús hasta la cima del Calvario. Contigo quiero estar al pie de la Cruz, amando a Jesús y gozándome con Él en todas las pruebas de la vida, porque sólo así mereceré los gozos de la Gloria que me espera.

8.  EN MI VIDA… MEDITEMOS  

Es siempre actual la máxima del Kempis: “Jesús tiene muchos que aspiran a su reino celestial, pero pocos que estén dispuestos a llevar su cruz”. Rinden honores a la bandera triunfadora, pero no se alistan bajo sus pliegues para ir a la guerra. ¿Soy yo de los que rehúsan el sacrificio? ¿Me niego al cumplimiento austero de mi deber?… Ante mis resistencias, ¿me doy cuenta de que lo que me falta es amor? Me lo dice a continuación la misma Imitación de Cristo: “¡Oh, cuánto puede el amor a Jesús!”… Si amo, todo me resultará fácil. Ante cualquier sacrificio, sabré decir con generosidad: “¡Por ti, Jesús!”… “¡Todo por ti, Corazón Sacratísimo de Jesús!”…

9. CANTO   FINAL

Igual que un chiquillo, busca el amor del padre, así yo ando buscando sin  cesar consuelo en mi aflicción, quiero que me perdones oh Señor,, por todo lo que soy, tu eres mi consuelo, perdóname Señor, Quiero que m e perdones oh Señor, por todo lo que soy, tu eres ese  Padre, perdóname Señor.

10.   ORACION FINAL

TODOS:  Señor Sacramentado, que te encierras en el Sagrario de las iglesias, cobijado siempre por la sombra de la Cruz. Queremos aprender la lección que nos impartes desde aquí: el amor, sólo el amor de que nos llenas cuando nos postramos a tus pies y te hacemos compañía, nos hará amar nuestra cruz de cada día y gloriarnos en ella. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 P. Ernesto León D. o.cc.ss

Superior Viceprovincial de Oblatos

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