CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

HOMILIA PARA El 26 DE DICIEMBRE DE 2010

Misioneros Oblatos de los cc.ss de Jesús y María
HOMILIA PARA El 26 DE DICIEMBRE
Eclesiástico 3,2-6.12-14; Salmo 127; Colosenses 3,12-21; Mateo
2,13-15.19.23.
LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

Al término del año, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre la imagen real de la SAGRADA FAMILIA en que se desarrolló el Hijo de Dios hecho hombre.

Al parecer por el concepto “SAGRADA”, corremos el riesgo de enaltecer y ensalzar tanto a esta Iglesia doméstica llamada familia, que se pierde de vista lo terrenal de la misma; se trata de una familia adornada de cualidades y virtudes y también de problemas, como cualquiera de las familias de éste mundo.

La sagrada familia de Nazareth, tuvo que afrontar problemas desde el principio

El drama de la división al interior de ella fue una realidad, pues San José no entendía el asunto de la concepción virginal de María su esposa y decidió repudiarla en secreto hasta que el ángel intervino. La catástrofe contemporánea del desplazamiento, la vivió aquella familia; el no ser recibidos, el no contar con una posada, habla de lo terrenal de esta familia; la persecución, el sudor de cada día producto del trabajo en el taller de San José, la crítica de la gente, el sufrimiento por la pérdida de Jesús en el templo, el saber por parte de San José y María Santísima que a su hijo lo llamaban loco, la crucifixión de Jesús, las lágrimas y la soledad de María, forman el cuadro real de la Sagrada Familia.

Si bien lo anterior denota tragedia, fracaso, tristeza, soledad, abandono y llanto; no nos podemos quedar anclados en estas situaciones, sino aprender de ellas y pensar que con la ayuda de Dios podemos sobreponernos a las mismas.

La sagrada Familia de Nazareth fue más sagrada cuando entendió que Dios era el miembro más importante de su casa

Fue más sagrada cuando aceptó la voluntad de Dios en Jesús, José y María, fue más sagrada cuando sus problemas, dificultades preocupaciones y también fracasos se los ofreció a Dios, fue más sagrada cuando entendió que contaba con la presencia y la ayuda Dios; se volvió divina cuando aceptó la salvación que provenía de uno de sus miembros: el Hijo, Jesús de Nazareth.

La Sagrada Familia de Nazareth, fue la cuna donde nació Jesús, allí nació el amor, la divinidad envuelta en los pañales de la humanidad, allí nació la salvación y la luz para el mundo, en ese sagrario llamado familia vivió Jesucristo por treinta años, allí en ese primer nicho social se gestó el sentido de la historia y de la humanidad.

Hoy entonces a la luz de esta familia Divina, pero fundamentalmente humana

Es propicio darle gracias a Dios por la familia que tenemos, adornada por la presencia amorosa del papá, por el abrazo tierno de la mamá y por la sonrisa sincera de los hijos; a ese buen Dios que nos ama, le decimos hoy gracias por habernos dado el milagro de nuestra familia en medio de un mar de soledad, le agradecemos a Dios porque en nuestra familia aprendimos como Jesús en la suya, los valores del trabajo, la honradez, la obediencia y el respeto mutuo.

La oración de acción de gracias por nuestra familias hoy, sin necesidad de muchas palabras, requiere solamente de la comprensión suficiente de un pequeño aparte de la primera lectura de hoy cuando el autor sagrado dice: “El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros, el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor le escucha”.

Este texto basta para entender que la oración por nuestras familias además de ser verbal, ha de ser también actitudinal; y por tanto es misión de los hijos, de los padres y madres de familia orar por su propio terruño, implorando a Dios les conceda mucho amor, unidad y comprensión.

Que el nuevo año, que en últimas es nuestra vida sea bendecido abundantemente por el Señor y que María Santísima Nuestra Madre del Cielo, configure nuestras familias con la suya.

P. Ernesto León D. o.cc.ss

Superior Viceprovincial de Oblatos

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