CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

HOMILÍA PARA EL 11 DE MARZO DE 2007

Misioneros Oblatos de los cc.ss de Jesús y María
Éxodo 3, 1-8a. 13-15; Salmo: 102; 1Corintios 10, 1-6. 10-12; Lucas 13, 1-9
HOMILÍA PARA EL 11 DE MARZO DE 2007
Domingo 3º de Cuaresma

 «Quien crea estar firme, cuidado no caiga», es la invitación que nos hace hoy San Pablo, en el Capítulo 10 de su primera carta a los Corintios.

Esta frase constituye el sentido y el contenido del TIEMPO DE CUARESMA, un tiempo de peregrinación interior por las sendas de la CONVERSION para acceder a Jesús Resucitado. Se trata de reconocer nuestra humanidad al lado de Jesucristo hombre, firme en muchos momentos, pero a punto de caer en otros, como en el caso de las tentaciones en el desierto y en la experiencia asombrosa del encuentro con si mismo en el huerto de los olivos. Estas vivencias las tenemos todos, desde el santo hasta el pecador, desde aquel que se cree firme, hasta aquel que desfallece, este es el drama del creyente de hoy; un creyente con una fe inmensa pero también sumergido en situaciones de duda, un creyente cual higuera llena de frutos, pero un creyente también, semejante a la higuera seca, dispuesta ya para ser cortada.

Dios es el BUEN GRANJERO, que nos dice año tras año, momento a momento, les doy una nueva oportunidad porque los amo, «voy a remover su tierra», una tierra a veces endurecida por el paso del tiempo, y según la parábola del sembrador no apta para dar fruto, una tierra muy compacta en donde la lluvia casi no penetra y la semilla muere.

Es nuestro corazón que se muestra indiferente, es nuestro espíritu en estado de desierto, es nuestra vida seca de Dios y de su Palabra.

El BUEN GRANJERO, nos dice también hoy «les voy a echar abono», para que su tierra sea fértil, se trata del abono de su amor, de su comprensión, de su misericordia, de su ternura y apertura; es el granjero que siempre espera y no se desespera, que confía en el poderío de su semilla LA PALABRA a la vez confía en la tierra: NOSOTROS.

Con lo anterior y aprovechando la imagen de este BUEN DIOS, hagamos lo posible por convertirnos en esta cuaresma en tierra buena, y a la vez en higuera llena de frutos, verde y frondosa; lista para recibir al interior de sus raíces la Resurrección de Jesucristo en la Pascua que ya se acerca.

Que María Santísima nos ayude a estar firmes en el Señor, a no fiarnos de nuestras propias fuerzas, sino a sembrar la higuera de nuestra vida en los campos verdes del mismo Dios, quien realmente hace crecer.

P. Ernesto León D. o.cc.ss

HOMILÍA PARA EL 11 DE MARZO DE 2007

Más reflexiones del Padre Ernesto León

Santa Sede

HOMILÍA PARA EL 11 DE MARZO DE 2007