
Compromiso Ambiental: Cuidado de la Casa Común a la Luz de Laudato Si’
La fe que se vive en el Santuario de El Quinche se extiende más allá de los muros del templo. Se proyecta hacia la tierra que nos sostiene, el aire que respiramos y el agua que nos da vida. Por ello, la acción pastoral del Santuario demuestra un profundo compromiso ambiental, alineado con la visión de la Iglesia contemporánea.
Anualmente, este compromiso se traduce en una acción concreta y masiva: la siembra de 8,000 árboles en diversos sectores. Este programa de reforestación no es un simple evento, sino una contribución tangible a la salud de nuestro ecosistema. Cada árbol plantado es un símbolo de esperanza, un pulmón que se regenera y una promesa de futuro para las nuevas generaciones.
Laudato Si’: El Itinerario Eclesial
Este programa de reforestación y toda nuestra estrategia ambiental tienen que ver directamente con el caminar de la Iglesia en el cuidado de la Casa Común. En realidad, la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco se convierte en el itinerario eclesial que sirve como guía para este dinamismo ambiental.
La encíclica nos recuerda que la crisis ecológica no es solo un problema técnico o político, sino fundamentalmente un problema moral y espiritual. Por lo tanto, el daño que hacemos al medio ambiente es un daño a nosotros mismos y a Dios, el Creador. Así pues, el compromiso ambiental de El Quinche se basa en una «ecología integral», donde el amor a Dios, al prójimo y a la naturaleza son inseparables.
El Ideal de Dios: Administrar la Creación
Desde este punto de vista teológico y pastoral, el objetivo de la acción Oblata es doble. Primero, buscamos la reforestación física de nuestro entorno. Sin embargo, y de manera igual de importante, buscamos comprometer a las personas con una cierta sensibilización hacia el cuidado.
Esto incluye una conciencia activa sobre varios elementos cruciales:
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El cuidado de la tierra: Promover prácticas agrícolas y de uso de suelo que protejan su fertilidad y biodiversidad.
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El cuidado del agua: Un recurso vital que debe ser protegido de la contaminación y gestionado de forma equitativa.
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El cuidado del aire: Reducir la contaminación y fomentar ambientes más sanos para todos.
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El manejo responsable de las basuras: Implementar el reciclaje y reducir el consumo desmedido para evitar la sobrecarga de residuos.
En resumen, esta sensibilización y acción concreta es la puesta en marcha del ideal de Dios. Desde el Génesis, el ser humano fue llamado a administrar la creación de manera responsable, no a dominarla destructivamente.
Por consiguiente, al reforestar y educar, el Santuario se transforma en un centro de peregrinación verde. Demostramos que la devoción a nuestra Madre, la Virgen de El Quinche, nos impulsa a cuidar el regalo que nos dejó su Hijo: la creación entera. Es un acto de fe práctica y un testimonio de que la ecología es una dimensión esencial de la vida cristiana.
