CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

VIERNES SANTO MARZO 25 DE 2016.

VIERNES SANTO MARZO 25 DE 2016.

Poco queda por hacer cuando la sentencia está dada, cuando nadie está dispuesto a dar oportunidades, cuando nadie quiere escuchar razones. Nada hay que hacer, solo entregarse, cuando es el amor el que mueve la vida y por amor se es capaz de llegar hasta la muerte. Se muere con dolor pero con la satisfacción de haber amado hasta el extremo y con la alegría de saber que seguiremos viviendo; en el corazón vive el resucitado. Al amor nadie lo mata, el amor se entrega y al entregarse genera vida. Jesús se entrega, muere para dar la vida que es eterna. Muere con la dignidad que tienen los reyes, la gente digna, que sabe que al morir vive y que seguirá viviendo en los corazones de las personas que le aman.

Jesús es Rey y su trono es la cruz. Desde allí nos sigue perdonando y desde la cruz nos entrega su Espíritu para que no desfallezcamos. Desde la cruz María se hace nuestra madre y ahora la acogemos en la casa. En la cruz reina quien ha sido levantado para que todo el que le mire quede sanado, curado; en la cruz nos encontramos con la bondad y el amor comprometido de Dios que se queda con nosotros para alentarnos como a los caminantes de Emaús. Jesús entre nosotros se nos aparece para que dejemos los miedos y no dudemos y para que salgamos a continuar la obra por Él iniciada. Hoy la cruz nos habla del amor comprometido de Dios que nos anima a amar de la misma manera que Jesús nos amó.

P. Jaime Palacio.