CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 29 DE 2019

PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 29 DE 2019

Somos parte de la respuesta del amor de Dios.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Saludos y bendiciones. Dios les cuide y acompañe. Una semana marcada por la generosidad como fruto del amor.

Este domingo nos encontramos con la parábola de Lázaro y el rico.

Uno encerrado, sin interesarse de nada ni de nadie. Viviendo para él, para sus banquetes, para agradar a sus amigos. El otro (Lázaro) en la calle, tratando de sobre vivir, alimentándose de lo que sobra, de lo que otros tiran. Estos dos personajes no son solamente una parábola. Existen. Lázaro sigue en la calle, el rico en sus banquetes. El uno medio desnudo y enfermo, el otro vestido con gran lujo. Uno delante de la puerta del rico, el otro que no abría la puerta y ni se enteraba que había alguien muriendo de hambre ahí en la misma puerta de su casa.

Dios que no abandona a sus pobres y Jesús que invita a los discípulos a reconocerle a Él en los más necesitados, en los pobres, en los que están hambrientos, sedientos, enfermos…, Dios que devuelve la dignidad a uno que muere de hambre y en el abandono y Dios que confronta a otro que, al verse despojado de sus trajes y banquetes, clama misericordia para él y su familia.

En un diálogo con Abrahán, el rico es llevado a tomar conciencia de su pecado y de lo importante que es convertirse, salir de sí y ver un poco más allá de los propios límites.

Para el rico es ya tarde, los demás, sus familiares, deben abrir el corazón a la Palabra de Dios y hacer la voluntad del Padre que ya está expresada en la Escritura. También ellos han sido invitados a la conversión, a la generosidad, al amor. El que sigan encerrados en su propio mundo es decisión de ellos.

Todos nosotros, desde ahora, deberíamos vivir con la conciencia que la vida está llena de posibilidades para ser buenos, para hacer el bien. Basta con que salgamos, abramos las puertas para darnos cuenta de las necesidades de nuestros hermanos. Entender que muchas personas están viviendo el infierno, la sed, el hambre, la soledad, el abandono; otros que disfrutamos de muchas cosas como son la salud, el alimento, el vestido…. podemos ayudar a los demás.

El infierno no es solo carecer de agua, de alimentos y de vestidos

Es también el abismo que nosotros mismos nos fabricamos cuando tomamos distancia de los demás, cuando no nos comunicamos y perdemos la capacidad de relacionarnos con los que están fuera, aunque estén muy cerca.

No nos preocupemos tanto de nosotros mismos, pensemos también en esas personas que están ahí, que necesitan algún momento, algún tiempo, algún alimento. Somos parte de la necesidad de los necesitados y somos parte de la respuesta de amor que Dios quiere dar a sus pobres. Los abismos de injusticia y de marginación los creamos nosotros mismos; de alguna manera somos responsables de lo mal que están los otros. La indiferencia, el egoísmo, esa incapacidad de ver en todos la dignidad y la presencia de Dios genera margen, crea abismos, aísla y nos aísla.

Mientras tengamos esta vida seamos vínculos de unidad, procuremos en todo ganarnos el cielo, vivir en el amor. El infierno es ausencia del amor, ausencia de Dios, marginalidad total. El cielo es presencia de Dios, mano amiga, amor eterno, fundirnos en el origen de la propia vida. El asomarse, el detenerse, el ayudar y compartir son caminos de cielo, principios de eternidad. No perdamos las oportunidades que tenemos en la vida para vivir el cielo.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 29 DE 2019

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

Fuente: http://ow.ly/jtQv50wvjSZ

PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 29 DE 2019