CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA OCTUBRE 20 DE 2019

PARA ESTA SEMANA OCTUBRE 20 DE 2019

Lo que sea para nuestro bien y salvación se nos dará.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo y lo mejor para la semana que comenzamos. Una semana para vivir en la esperanza y para llenar de fe todo aquello que nos parece imposible o complicado, dejemos que en la oscuridad nuestra fe sea la luz que necesitamos para seguir adelante en los caminos del Señor.

Lc. 18, 1-8 nos habla de la constancia, de la insistencia perseverante que se debe tener cuando pedimos algo al Señor, bien para nosotros o bien para los demás. La oración de súplica debe partir de la certeza que Dios, Padre bueno, nos escucha y quiere lo mejor para cada uno de nosotros. La súplica insistente que hacemos a Dios para alcanzar la gracia que necesitamos, pienso que también sirve de terapia para nosotros que muchas veces no sabemos entender el tiempo de Dios. Pedir y que los días pasen sin saber si somos o no escuchados estoy seguro de que también es un espacio en el tiempo que nos puede ayudar a discernir si lo que estamos pidiendo nos conviene o no.

La certeza es que, si lo que pedimos es para nuestro bien, para nuestra salvación, las cosas se nos darán.

Dios no dará piedras a los que piden pan. Él es bueno, nos ama. A Dios el tiempo que nosotros usamos suplicando le sirve para que crezcamos en la fe y miremos si realmente lo que suplicamos o pedimos no podemos resolverlo nosotros mismos. De Dios será primero dejar que obre el Espíritu de sabiduría, de ciencia, de discernimiento, de fortaleza que tenemos; que el mismo Dios Padre nos ha dado para después, si es necesario y conveniente, entonces hacer su obra.

Pidamos con fe, pidamos con perseverancia, seamos insistentes, no nos cansemos de esperar, pero mientras las cosas suceden nada de dudas, Dios es Padre, es Bueno, es Justo. Nos ama y esa debe ser siempre la certeza que acompaña nuestra vida y nuestra oración. Hombres y mujeres de fe, iluminados en la oscuridad, fortalecidos en la debilidad, consolados en la tristeza. Mujeres y hombres de esperanza, sabiendo que todo es para bien, que las cosas llegarán a su tiempo. Hombres y mujeres de amor en cualquier momento y circunstancia. No pensemos que Dios no nos escucha, que nos haya olvidado. El Silencio de Dios es sabiduría, es tiempo prudencial. Él no nos deja solos.

Nosotros luchemos, mantengamos las manos levantadas. Confiemos en Dios que está luchando con nosotros, dándonos fuerza y, sobre todo, moviendo los corazones de las personas que nos pueden ayudar a sostenernos firmes en la fe y en la esperanza. Nosotros insistamos porque la perseverancia unida a la fe logra grandes cosas y transforma realidades. Nosotros oremos siempre y dejemos a Dios ser Dios. Él es quien nos hace justicia. Y recordemos que “la paciencia todo lo alcanza”.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA OCTUBRE 20 DE 2019

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

Fuente: http://ow.ly/xjws50wJEJP

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