PARA ESTA SEMANA NOVIEMBRE 21 DE 2021
Jesús, tú eres Rey y testigo de la verdad. Que escuche tu voz.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Hoy celebramos la Solemnidad de Cristo Rey del Universo. Vamos terminando el año litúrgico y desde ahora el corazón se toma su tiempo en esta semana y se dispone para el Adviento. Una semana para recoger todo lo que ha significado la experiencia de Dios y también lo que hemos sembrado. El Señor vendrá, tocará a nuestra puerta. El Señor nos confirmará en el amor que nos tiene y nos dará muchos talentos nuevos para que sigamos haciendo el bien, administrando este su Reino.
Hoy desde el texto del Evangelio (Jn. 18, 33-37) se nos invita a levantar la mirada y a reconocer a Jesús como Rey ya no del pueblo, sino de la humanidad.
Título de Rey que viene dado por su Padre Dios y que le pertenece por esencia. Él es Rey, su dignidad es la de Rey del Universo, para Él y por Él todas las cosas fueron hechas.
El reinado de Jesús no fue entendido por su pueblo, ellos querían un rey pero que con su poder y sus ejércitos les diera la independencia del imperio romano y que al estilo del Rey David dominara sobre otras naciones. El reinado de Jesús no es de este mundo; su reinado es para servir, para entregar todo de sí, para que los pueblos se unan. Rey que llama a la humildad, al perdón, a la paz; el Rey que está para hacer de su Padre Dios el gran inspirador de las obras buenas.
El Reino de Jesús es comprendido y aceptado por las personas que en todo buscan a Dios, en su verdad y en su misterio de amor.
Quien tenga otros intereses de tener poder para dominar y someter a los demás nunca entenderá que la grandeza de Dios está en su esencia de ser amor que inspira, que crea y que salva.
Que esta Solemnidad de Cristo Rey nos lleve a entender que lo que realmente le da sentido a la vida es el ejercicio del amor y que lo único que ayuda a que las personas encuentren la plenitud de la vida es precisamente el amor que se entrega. Dios lo tiene claro. Jesús es la plenitud de nuestras vidas en cuanto que es amor y que en la vida nada fuera del amor (de Dios) tiene sentido. Miremos a Cristo el rey que aunque crucificado y muerto queda por siempre en los corazones de las personas que entienden que en el entregarse por amor está la vida. El que quiera salvar la vida la perderá, en cambio el que la entrega y la gasta por los demás, ese tiene la vida eterna.
Que nuestra vocación sea también ser reyes. Amigos de la verdad, del servicio y del amor que se entrega. Gastemos la vida y nunca perdamos el señorío que nos viene de Dios. Escuchemos a Jesús porque solo así entenderemos nuestra vocación de servicio y de entrega, viviremos con dignidad nuestro ser “reyes” al servicio de la verdad.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz
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