CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA JUNIO 23 DE 2019

PARA ESTA SEMANA JUNIO 23 DE 2019

Cuerpo y Sangre de Cristo.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo.

Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor en esta solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. Solemnidad que nos habla de Jesús que nos habita, que nos asimila a Él, nos hace uno con Él, cada vez que permitimos que entre en lo más íntimo, cada vez que con actitud humilde le permitimos que el alimento que nos da penetre y transforme lo más profundo de nuestra existencia.

Comulgando Él se manifiesta en nuestras obras y palabras.

Corpus nos habla de una presencia, de un poco de cielo, de un sagrario que hospeda al huésped que espera un corazón para entrar, para sanar, para que existamos en Él. Esta Solemnidad nos habla del abandonarse de Dios, del anonadamiento, de su deseo de permanecer en nosotros para que nosotros permanezcamos en Él.

Jesús se hace alimento para todos, se nos dona. Jesús sabe de nuestras necesidades, del hambre que tenemos de “otras cosas”, que llenen no solo el cuerpo, sino que también llenen el espíritu, el alma, la vida. Alimento que Jesús nos puede dar y que todos necesitamos pasen muchos o pocos días de la vida nos sacia. El pan que se comparte es un pan que calma, que llena; es un pan que no se desperdicia. El alimento es un milagro del Padre amoroso y por eso debemos cuidar que nada se pierda. Muchos pasan necesidad, muchos caminan buscando poder saciarse, muchos no encuentran personas capaces de compartir, capaces de poner a disposición sus panes y peces para calmar el hambre de tanta gente que en el mundo muere por no tener nada para comer, nada que comer.

Dios mira nuestra necesidad

El Señor sabe que podemos ayudar, que en el resolver las necesidades de los demás tenemos gran responsabilidad. Todos tenemos “panes y peces” para poner al servicio y en lugar de desligarnos de la angustia, del hambre o de la necesidad de los demás, debemos comprometernos un poco más y poner al servicio del Señor lo que poseemos y que puede ayudar a saciar a la multitud. Jesús invita a la donación, al compartir, de poner a disposición de los demás lo nuestro. Lo tenemos todo, que, aunque parezca poco, en las manos de Jesús es lo necesario para colmar las necesidades de una multitud.

Jesús es el gran milagro del Padre, es la manifestación o concreción de un amor. Jesús es el cuerpo y la vida del amor que el Padre siente por cada uno. Jesús ha venido a colmarnos. Y no es porque no tengamos nada, de hecho, se parte de lo que tenemos para saciarnos, para llevar a plenitud lo que anhelamos, lo que hace el milagro que hoy presenciamos en el texto del Evangelio (Lc. 9, 11-17) es que Jesús multiplica nuestro poco para que a nadie falte nada.

Jesús se dona en el pan, Él es alimento y vida para el camino. Los discípulos serán los responsables de organizar al pueblo, facilitarles el descanso y el alimento en el que Jesús mismo se entrega.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA JUNIO 23 DE 2019

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

Fuente: http://ow.ly/wiap50uKJtS

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