CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Jonás

Jonás: nombre personal hebreo que significa “paloma” .

Muchas veces pensamos que Dios, antes de que viniera Jesús, no era sino rigor, amenazas, castigos. Los rayos y truenos del Sinaí nos han impresionado siempre. Pero Dios se mostraba también muy bueno y misericordioso. Así nos lo dice la historia de Jonás, que no es más que una parábola preciosa, con la cual la Biblia nos transmite dos mensajes importantes y bellos.

El primero, y ante todo, que Dios es muy bueno con todos, a pesar de lo mal que a veces nos portamos con Él…
Y el segundo, siguiendo la interpretación que le dio Jesús es que un día, aunque hayamos muerto, la tierra nos devolverá a la vida, igual que el pez devolvió a Jesús el resucitado.

En 2 Rey. 14. 25 se menciona a un profeta llamado Jonás, pero no es él quien escribió el Libro que lleva su nombre. El libro de JONÁS fue compuesto después del exilio, sin duda en el siglo V a. C., no para relatar un hecho histórico, sino para comunicar una enseñanza bajo la forma de una parábola.

Este Libro ocupa un lugar destacado en los Evangelios, no sólo por las repetidas alusiones al «signo de Jonás» (Mt. 12. 39-40; 16. 4; Lc. 11. 29-30), sino también por la oposición que establece Jesús entre la fe de los ninivitas y la incredulidad de sus contemporáneos (Mt. 12. 41; Lc. 11. 32). Además, por su insistencia en la universalidad de la misericordia divina, el relato de Jonás es como un anticipo de las parábolas relatadas en el célebre capítulo 15 del Evangelio según san Lucas.

RESEÑA:

Jonás es el libro número 32 del Antiguo Testamento, y quinto del compendio de profetas menores. Consta de cuatro capítulos y 48 versículos en total. El libro está escrito de forma biográfica, es una narración de las peripecias de las que es “víctima” el profeta. Dentro de este (capítulo 2) se encuentra una oración en forma de salmo, en el que Jonás recuerda la fidelidad de Dios y promete al final ofrecer sacrificio y pagar lo prometido. El libro da cuenta de la desobediencia de un hombre, que huye de la voz de Dios hacía Tarsis y no hacía Nínive Ciudad que ostentaba el título de capital de Asiria, en la que debe anunciar que la ira de Dios se ha rebosado y la destruirá.

Viajando a Tarsis dentro de una nave que halló en Jope se encontró con una gran tormenta ordenada por Dios, en la que el Señor demuestra el control total que tiene sobre todas las cosas. Luego de que los marineros echan suertes y caen sobre Jonás, deciden, contrario a su voluntad y, rogando a Dios que la sangre de un inocente no caiga en sus manos, echar al desobediente al mar, donde se encuentra con que <un gran pez > quien se lo traga y luego lo vomita para que haga de una vez por todas lo ordenado por Dios. Así contrario a su deseo va a Nínive, anuncia el castigo que les espera si no se arrepienten, encontrando lo que temía: la misericordia de Dios para quienes se arrepiente verdaderamente.

Jonás considera que estos pecadores no son dignos de recibir la misericordia de Dios. Contrario a su deseo, el libro anticipa el mensaje contenido en la parábola del hijo pródigo (Lc 15: 11–32) y en la de los trabajadores de la viña (Mt. 20: 1–16). El perdón de Dios supera los deseos y los cálculos de los hombres: Dios mantiene siempre su libertad de ser bueno con todos Para Jonás era difícil darle la oportunidad a Nínive de ser perdonada, ellos representaban a un enemigo, en ella había idolatría, además de representar una maldición, ya que su fundador Nimrod, era hijo de Cus, quien era hijo de Cam, el que vio la desnudez de Noé y fue maldecido por éste (Gn. 9: 22-27 – 10: 8-11).

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Jonás huye de Dios 1,1-17

2. Oración de Jonás 2,1-10

3. Nínive se arrepiente 3.1-10

4. El enojo de Jonás 4.1-11.

si Jonás se preocupa por un árbol quemado por el sol, ¿Cómo Dios no se va a preocupar por todo un pueblo que se convierte de sus pecados y no le va a conceder su perdón?

El amor del Señor no conoce fronteras. Si él manifestó su predilección por Israel, fue para constituirlo «luz de las naciones» (Is. 49. 6).

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