CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

EL PAN NUESTRO DEL 1 DE FEBRERO

«LA PALABRA»: EL  PAN NUESTRO DE CADA DIA. (Mc  6,1-6)

Manifiesta el evangelio de hoy, que en el corazón de los coterráneos de Jesús había desconfianza en aquél que había dicho de sí mismo que era el Hijo de Dios, su dichos y hechos no fueron suficientes para que creyeran en Él y como resultado de esto fue despreciado en su propia tierra y mas tarde crucificado en Jerusalén.

En ocasiones nuestra poca fe y nuestra desconfianza en el Señor nos lleva a crucificarlo todos los días; nuestra incredulidad en su actuar callado en favor de todos nosotros, no es suficiente para adherir nuestras vidas a Él, prefiriendo de esta manera vivir al margen de su divina presencia, como si no existiera.
Nuestros ojos nublados por  una fe débil, no nos permiten contemplar en el mundo, la belleza de la gente que nos rodea, la presencia de Dios en la sonrisa de los niños; el actuar de Dios en el silencio de las personas que sufren; ni muchos menos nos permiten visualizar los milagros que obra Dios en la cotidianidad de nuestra existencia; nos hemos acostumbrado tanto a lo sagrado, que no somos capaces de reconocer que en medio del mundo, quien dirige nuestra vidas y los hilos de la historia es Dios.

Jesús se fue de Nazareth porque la gente lo rechazó, seguramente se marchó con un corazón entristecido y con sus ojos enjugados en lágrimas al observar que tan pobre era la fe de los suyos; de nuestra parte comprometámonos a nunca rechazar a aquél que se convirtió en nuestro amigo y hermano, en nuestro confidente, en nuestro amor y nuestro todo.

Que el Corazón Inmaculado de María, modele nuestro corazón para que se convierta en el trono donde se quede a vivir para siempre nuestro Divino Redentor.»Ob amorem Dei «.

Santa Sede

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