San Pablo no había visitado Roma todavía cuando escribió esta carta a los creyentes de aquella ciudad, pero tenía planes de hacerlo de camino a España, a donde también pensaba ir. Y esperaba que ellos le ayudaran a tal fin. Esta carta es, con la dirigida a los Gálatas, la más amplia exposición de cómo entiende Pablo la fe cristiana y lo que ésta significa, en sentido práctico, para el modo de vivir cristiano. Siguiendo el estilo epistolar de su época, empieza con la identificación del que escribe y un saludo, a lo cual se añade una oración de gratitud y una indicación del motivo y propósito de la carta (1.1-17).
San Pablo escribió esta Carta desde Corinto, a principios del año 58, con el ánimo de preparar su viaje a Roma, acreditando sus títulos ante esos fieles, que no lo conocían aún.
Muchos la consideran posterior a la Epístola a los Gálatas (cf. Gál. 2, 1 y nota), pero es sin duda anterior a la Carta a los Efesios y demás Epístolas llamadas de la cautividad, que fueron escritas al final del tiempo de los Hechos, durante la primera prisión del Apóstol en Roma (años 61-63), es decir, después de su paso definitivo a los gentiles (Hechos 28, 23 ss. y notas).
El Apóstol explica en la primera parte (caps. 1-11), como lo hace también a los gentiles de Galacia, el misterio de la justificación mediante la fe que Jesucristo nos mereció gratuitamente, igualando en ella a judíos y gentiles y revela el misterio de la conversión final de Israel según los anuncios del Antiguo Testamento, confirmados por Jesús en el Evangelio. En la segunda parte trata otras cuestiones de vida espiritual, y añade, en la doxología final, una referencia al «misterio oculto desde tiempos eternos» que expondrá especialmente en las Cartas a los Efesios y a los Colosenses.
Su estructura consiste en:
-Introducción con saludo y acción de gracias.
I.Parte doctrinal (1.16-11.36) cuyo tema principal es el evangelio y el poder de Dios.
Contiene:
1. El mundo pagano sin Cristo
2. El mundo judío
3. Dios nos hace justos por la fe en Jesucristo
4. El ejemplo de Abraham
5. La esperanza de la salvación
6. Con Cristo hemos muerto al pecado
7. Ya no estamos bajo la ley de Moisés
8. El hombre en su debilidad
9. El Espíritu nos da vida
10. La salvación del pueblo de Israel
II. Parte exhortatoria (12.1-15.13)
La vida nueva
Deberes de la vida cristiana
Normas para el caso de opiniones diversas
Seguir el ejemplo de Cristo
-Conclusión(15.14-16.27)
El trabajo apostólico de Pablo
Planes de viaje
Saludos personales
Alabanza final a Dios
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