PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 20 de noviembre de 2013
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero hablar del perdón de los pecados, que forma parte de la “potestad de las llaves” que Jesús dio a sus Apóstoles.
El protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo. Jesús Resucitado, antes de comunicar su Espíritu, mostró los signos de su Pasión, sus llagas, que representan el precio de nuestra salvación, indicando así que el Espíritu Santo otorga el perdón de Dios “pasando a través” de las llagas de sus manos y su costado.
A su vez, la Iglesia es depositaria de esta potestad. No es la dueña, es servidora del ministerio de la reconciliación a favor de los hombres, acompaña su camino de conversión y se alegra siempre de ofrecer este don divino. El sacerdote, un ministro de la comunidad, hombre como todos, también tiene necesidad de misericordia, es a la vez instrumento de reconciliación para sus hermanos. Ha de tener el corazón en paz para sembrar esperanza, y humildad para recibir al hermano o a la hermana pecador que se acerca. Si no está en esta condición mejor que no administre este sacramento.
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Saludos
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Venezuela, Guatemala, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. No olvidemos que Dios nunca se cansa de perdonarnos. Mediante el ministerio del sacerdote nos da un abrazo que nos regenera y nos permite levantarnos y retomar de nuevo el camino. Muchas gracias.