CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

OBLATIVIDAD 12

 FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Según documentos del siglo XIII, el Apóstol Santiago, El Mayor, hermano de San Juan, viajó a España a predicar el evangelio (año 40 d.C.), y una noche la Virgen María se le apareció en un pilar. La tradición nos cuenta que Santiago había llegado a Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, y una noche, estando en profunda oración junto a sus discípulos a orillas del río Ebro, la Santísima Virgen María se manifestó sobre un pilar, acompañada por un coro de ángeles. La Virgen le habló al Apóstol pidiéndole que se le edificase ahí una iglesia con el altar en derredor al pilar y expresó: «Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda».

El lugar, ha sobrevivido a invasiones de diferentes pueblos y a la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando tres bombas cayeron sobre el templo y no estallaron.

También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera. Luego de la aparición, Santiago junto a sus discípulos comenzaron a construir una capilla en donde se encontraba la columna, dándole el nombre de «Santa María del Pilar».

 Este fue el primer templo del mundo dedicado a la Virgen. Después de predicar en España, Santiago regresó a Jerusalén. Fue ejecutado por Herodes Agripas alrededor del año 44 d.C. siendo el primer apóstol mártir, luego del suceso sus discípulos tomaron su cuerpo y lo llevaron a España para su entierro. Siglos después el lugar fue encontrado y llamado Compostela (campo estrellado). El primer santuario sobre la tumba de Santiago lo ordenó  construir el rey Alfonso II, El Casto de Asturias,  y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Hoy se encuentra una  magnífica catedral en sitio.

El pilar da idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María.

La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, «manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios».  Es soporte de lo sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo. Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero.

La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles. María es también la primera piedra de la Iglesia, el templo de Dios; en torno a ella, lo mismo que los apóstoles reunidos el día de pentecostés, va creciendo el pueblo de Dios; la fe y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar el reino de Dios. Vemos en Exodo 13, 21-22, que una columna de fuego por la noche acompañaba al pueblo de Israel peregrino en el desierto, dirigiendo su itinerario. En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada «la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo elegido a través de las emboscadas de la ruta».

  “El criterio humano es incapaz de apreciar debidamente las obras de Dios”

 (P.Matovelle. Fundador de Oblatos) 

Fuente: Oblatividad  No 12 Octubre  12 de 2008. Publicación de la Congregación de Misioneros Oblatos de los corazones santísimos de Jesús y María.

OBLATIVIDAD 12

Santa Sede

Más Homilías del Padre Ernesto León

OBLATIVIDAD 12