CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana julio 31 de 2022

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo colmado de bendiciones y los mejores deseos de paz y bien en el Señor. Una semana para reflexionar sobre nuestra vida y eternidad y que nos animemos a dar lo mejor que cada uno tenemos.

La muerte, el momento del encuentro definitivo con Dios, sigue siendo una incertidumbre

El cuándo, el cómo son preguntas que no se han podido responder y son preguntas que dan sentido a cada día. Vivimos para la muerte, caminamos hacia una meta, hacia un fin que es plenitud y principio de vida.

Somos esencialmente eternos; eternidad que se cubre, que se llena de carne, de relaciones, de entrega y de amor. Somos eternidad que se hace temporalidad y en la manera de ser y de vivir la temporalidad se encuentra el sentido de existir en la tierra. Casi que podemos decir: somos sacramento de amor ya que nuestra manera de ser y de vivir lleve a los demás a descubrir el amor eterno del Padre. Somos aquellos, que como escribió san Juan en su primera carta, “hemos conocido el amor y hemos conocido el amor y hemos creído en Él”.

La vida es lugar, es espacio, es tiempo

La vida para el creyente, es un regalo de Dios. Es la oportunidad que tenemos para hacer de la eternidad que poseemos algo que se pueda palpar; nosotros, si vivimos el proyecto de Dios creador, hacemos que el cielo y la tierra se junten; hacemos de la eternidad algo terrenal y hacemos de Dios el protagonista real de algo que todos anhelamos: Dios con nosotros, en nosotros, dentro de nosotros. El paraíso que desde siempre nuestro corazón evoca.

Vivamos el presente con amor, somos capaces de amor, hechos para el amor.

Vivamos el presente en relación con los demás y con la creación; procuremos, como nos dice Jesús: amarnos, ayudarnos. Que nuestra vida sea buena noticia para los demás; que seamos sanación y liberación para los otros. La vida no es para atesorar cosas materiales que no caben en la eternidad. La vida no es para llenarla de codicias ni de ambiciones porque eso nos quita el deseo de amar y de servir; miremos a los demás como oportunidad para ejercitar la caridad, para vivir el perdón y la entrega. Los otros son hermanos, amigos, hijos de Dios al igual que nosotros. Hemos venido de Dios, somos don de Dios.

Atesoremos para el cielo, vivamos lo eterno en la tierra y demos a los demás el Dios que nos habita.

No tengamos miedo de darnos, a que los demás tengan algo de nosotros. Somos para los demás, a eso venimos al mundo. Tenemos que aprender a gastarnos y por eso nos damos.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Para esta semana julio 31 de 2022

Fuente: https://parroquiacarmelitascucuta.com

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