CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana febrero 19 de 2022

Capaces, desde el amor, de hacer siempre el bien.

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien para esta semana en la que debemos esforzarnos por amar, a la manera de Dios, a los demás y debemos ser, en todo, reflejo de su perfección.

El texto del Evangelio que se nos propone para este domingo (Mt. 5, 38-48) se convierte en una invitación a que vayamos más allá, a que demos un paso adelante, en todo aquello que sabemos que desde el amor debemos hacer. Somos nosotros los invitados a dar testimonio del Dios que acontece, que nos habita. Nunca debemos dejar de poner en práctica el amor que es lo más divino que nosotros tenemos, ni dejemos de ser imagen de Dios en las cosas que hacemos.

Crezcamos en humildad, en generosidad e invirtamos tiempo en los necesitados.

Dios está presente y su manifestación se hace a través de cada uno de nosotros. A ninguno pedirá cosas que Él mismo sabe que resultan imposibles para algunos.

Amar, para eso nacimos, el amor, con el que nacemos, no se pierde porque el amor es de Dios y es constituyente de la materia prima con la que fuimos elaborados. Hechos para el amor y capaces, desde el amor, de hacer cosas que parecen imposibles.

Amar a los enemigos, orar por ellos.

Debemos acostumbrarnos a dar lo mejor, a no devolver mal con mal, a entender que Dios nos habita, sin exclusiones, todos somos sus hijos y en todo obra en la medida que se le permite. Dios nos hace dignos y así nos trata y debemos aprender a tratar a los demás. Nuestro Dios es de todos, buenos o malos y entendiendo que la maldad de una persona depende mucho de la interpretación que se le haga. Dios con todos obra de la misma manera pero somos nosotros los que escogemos el camino de la bienaventuranza.
Nuestro amar es extra ordinario, va más allá de lo que la gente piensa. Un amor sin rencores, amor que ora por los otros, que acompañan.

Amor que refleja la perfección del Padre.

Nuestra vida no se inspira en lo mínimo sino en lo grande, en la santidad de Dios. Amo al enemigo así nos hacemos hijos del Padre, recibimos la recompensa que el Padre tiene preparada para los que le aman.
Pidamos al Señor, como nos dice la oración colecta de este VII domingo: que meditando en sus misterios cumplamos de palabra y obra lo que le agrada. Y como lo decía santa Teresita “lo que agrada a Dios en mi pequeña alma es que ame mi pequeñez y mi pobreza”. Confiando en Dios, siendo sencillos y humildes Él podrá hacer obras grandes en nosotros.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Para esta semana febrero 19 de 2022

Fuente: https://parroquiacarmelitascucuta.com

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