CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

EL PAN NUESTRO DEL 1 DE MAYO (Jn 12,44-50)

Hermanos y hermanas, en este día en el cual se enaltece el gran valor del trabajo, es una buena oportunidad para agradecerle al Señor por el trabajo cotidiano que muchos tenemos, con el cual podemos sustentar nuestras casas, tener un techo y por supuesto el pan de cada día; pero también es muy importante en este día, elevar una oración especial por los desempleados, para que el Señor moviendo los corazones de los gobernantes y de los nuevos empresarios, provean en nuestro contexto colombiano y en el escenario mundial nuevas oportunidades laborales.

En el evangelio de hoy, nos encontramos con San José modelo de trabajo y sacrificio

Se nos presenta como el carpintero, a quien tradicionalmente la Iglesia lo ha considerado como el patrono de los trabadores y de los obreros; hecho que nos lleva a pensar, que fue él quien le enseñó a trabajar con esfuerzo y dedicación a su hijo Jesús; quien en sus arduas tareas de predicación con sus apóstoles anunciando el reino de los cielos, dice la biblia, “no tenían tiempo ni siquiera para comer”. (Mc 6,31).

Jesús en el ejercicio del trabajo encomendado por Dios, experimentó el rechazo y no la acogida; en algunos pueblos lo tildaron de loco y en otras regiones se burlaron de él.

Jesús en medio de un ambiente de desprecio, nunca se dio por vencido y con la fuerza de los valientes no se amilanó y ejecutó la voluntad de su Padre Dios hasta los límites de la cruz; dejándonos de esta manera como lección, la necesidad de no renunciar a nuestros trabajos frente al menor obstáculo, de no abandonar la barca laboral frente a los tropiezos grandes o pequeños que nos ofrezca la vida, de no sentirnos derrotados frente a la crítica o a las envidias y egoísmos inherentes a nuestra condición humana.

Hermanos y hermanas, que en este día de San José obrero, el Espíritu Santo ilumine la mente de quienes dirigen nuestros pueblos y el mundo del trabajo, para que empuñando las banderas de la justicia y la equidad, promuevan en los ámbitos laborales el respeto por la dignidad de trabajador, desechando cualquier sombra de explotación y violación de sus derechos fundamentales. Ob amorem Dei.

EL PAN NUESTRO DEL 1 DE MAYO

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