CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 7 DE 2017

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 7 DE 2017

La Transfiguración del Señor.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, de Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un abrazo cargado de bendiciones y que la semana que comenzamos llegue cargada de esperanza y de encuentros de paz y amor en familia.

Este domingo estamos celebrando la Transfiguración del Señor y vemos a Jesús que se lleva a una montaña alta a tres de sus discípulos (Mt. 17, 1-9)

La montaña es lugar de encuentro con Dios, lugar de revelaciones, de manifestaciones. En la montaña Dios se nos da a conocer y es desde lo Alto que Él nos acompaña. Lo más cerca entre el cielo, lugar de Dios, y la tierra, lugar del ser humano, es la montaña. La montaña acerca a Dios y la montaña eleva al hombre, permite que esté cerca, como lugar, de Dios.

Jesús se lleva a tres de sus discípulos a la montaña y delante de ellos se transfigura. Jesús es mucho más de lo que vemos; es Dios. No hemos puesto la fe, en un hombre cualquiera que con un discurso sobre el amor y el perdón nos ha seducido. Hemos puesto la fe en Dios que hecho hombre nos rescata desde la propia realidad de cada uno. Jesús se ha revelado como Dios, como Mesías, como Salvador y ahora los discípulos son los testigos de que esto es verdad y ellos mismos serán los garantes de la verdad sobre Jesús.

Al lado de Jesús Moisés y Elías. Al lado de Jesús, la ley y los profetas. Dos maneras a través de las cuales Dios quiso rescatarnos, darnos identidad, hacernos pueblo. Dos hombres que resumen toda la historia de la salvación con la pasión de Elías y con el celo de Moisés, con los signos extraordinarios de ambos y las palabras de los profetas y el testimonio de los que con recelo han guardado la Ley. Y estos dos personajes están a lado y lado, no en el centro, no el lugar. Ellos y por lo tanto la ley y los profetas todos dan testimonio de que Jesús es el Mesías, el ungido, el Hijo de Dios.

Que en los momentos difíciles, que en los tiempos complicados, que cuando lleguen los conflictos, que cuando muchas voces resuenen, que cuando solo se vislumbre muerte y persecución, que cuando todo parezca fracaso, nunca olvidemos que Dios es fiel, que Jesús nos ama y que el proyecto del Reino tiene que seguir adelante. Nunca olvidemos que muchas cosas que parecen complicadas o imposibles, en Jesús, podemos lograrlas. Hay que escuchar a Jesús, hay que ratificar la fe, no hay que olvidar que Él es el amado, el predilecto de Dios. Jesús es el regalo de amor del Padre y por eso no hay que tener miedo porque todo lo podremos en Cristo nuestro salvador.

Los invito a que volvamos los ojos al Señor, vayamos al monte santo y descubramos que Dios está presente en nuestra propia vida. Los invito a serenarnos y a fundirnos en este misterio de amor de Dios que es Jesús hecho hombre, pero sobre todo que en los momentos cruciales de la vida, en los momentos de decisiones y en los más difíciles nos sintamos confortados en Aquel que siendo Dios asume nuestra condición humana en todo menos en el pecado. Encontrarnos con Dios implica que también nosotros regresemos a la realidad del mundo y de la vida y sigamos trabajando por el Reino.

Ánimo, que la fe está en quién debe ser. Jesús el Hijo de Dios.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 7 DE 2017