CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA EL FIN DE SEMANA: FEBRERO 19 DE 2015.

Lo que sigue en el camino es decisión tuya.

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito y de tantas partes del mundo. Mi saludo especial con los mejores deseos para este tiempo de Cuaresma que hemos comenzado.

El miércoles de Ceniza nos dispuso para este nuevo tiempo de la Iglesia que nos abre desde ya a la experiencia pascual de la salvación.

Desde el próximo domingo, serán 40 días en los que trataremos de vivir una experiencia de conversión dejando en las manos de Dios nuestros propósitos para que Él los colme de bendiciones. Conversión, penitencia, oración, caridad, generosidad… muchos verbos definen este tiempo que solo pretende hacernos caer en la cuenta que no estamos solos en el mundo y que necesitamos cambiar de actitud frente a nosotros, a los demás y a Dios.

Es un tiempo para acercarnos al necesitado, para llenarnos de amor y de buenas obras y para volver a Dios. Pero justo cuando queremos comenzar a caminar por el sendero del Señor aparecen las tentaciones, el mal, el pecado, realidades que se presentan todas con cara de felicidad y plenitud y el “tentador” verá en tus necesidades una oportunidad única para enseñarte que se puede vivir sin Dios y ser feliz. Dependiendo eso sí de lo que para ti signifique la vida tuya y la de los demás.

Ya lo que sigue es una decisión tuya. Yo como creyente y como católico espero que la decisión sea por Dios, por su proyecto del Reino. Que tu decisión sea por los demás, por un mundo mejor. Una decisión por la fidelidad. Por eso pienso que la Cuaresma es también un tiempo para que te dejes conducir por el Espíritu de Dios al desierto y de nuevo tomes la decisión, nunca fácil, de amar a Dios. Hay que enamorarse si queremos vivir en fidelidad la conversión del corazón y creer en el Evangelio.

Tengamos la plena convicción que la bondad del ser humano radica en el corazón y en las decisiones que queramos tomar. Uno es el que acaba decidiendo en la vida su destino y al lado de quien vivir lo que queda de mañana y de presente. Y podemos estar en el desierto, en medio de peligros y de maldad. En medio del pecado y del vicio, pero cuando hay un amor propio y un proyecto de vida de la mano de Dios sabremos resistir los 40 días que dura esta vida. No perdamos la claridad de lo que queremos, de lo que estamos llamados a ser, solo así podremos resistir y sacar las fuerzas necesarias para caminar hacia la meta así esta implique la cruz, la muerte. En Dios todo lo podemos.

Cuaresma: tiempo de volver a Dios.

Quien hace algo malo debe sacar fuerzas del corazón para transformar el mal, sacar fuerzas del amor para pedir perdón y fuerzas de lo alto para continuar el camino trazado. Dios es de pactos y de alianzas y nunca dejará de soñar con una creación que Él pensó y trazó para que el ser humano fuera pleno.

No nos quedemos por fuera del Arca, no perdamos de vista los pactos y las alianzas y pongamos siempre de rodillas ante el crucificado que ha sido el más digno y grande signo del amor de Dios. De esta nueva alianza que arranca con la invitación a la conversión y al arrepentimiento: El Reino de Dios está cerca.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd