CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 22 DE 2021

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 22 DE 2021

El cielo cabe en la hostia del altar gracias al Espíritu Santo.

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, el Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Los abrazo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor. Que esta semana entendamos que haciéndonos pan para ser comidos, siendo entrega y amor, nos hacemos salvación y vida para los demás.

Inspirados en el texto de Juan 6, 60-69 podríamos afirmar que muchos de nosotros también hemos pensado o tal vez hasta dicho que las enseñanzas de Jesús son duras y que es complicado, casi imposible, hacerle caso algunas de ellas.

Sobre todo, pienso, en el tema de la humildad, de la mansedumbre, del perdón. Muchos de nosotros cuando leemos el Evangelio lo hacemos pensando en los demás y creyendo que está escrito para los otros y esa enseñanza nos gusta, esa forma de hablar, de decir las cosas nos encanta. Cuando el perdón, la mansedumbre, la humildad, la misericordia son los otros las que las tienen que practicarlas entonces que viva Cristo, pero cuando vamos entendiendo que el Evangelio es para nosotros, que nos habla, que nos instruye, que nos orienta entonces ahí si nos parece duro, injusto y mejor tomamos la decisión de alejarnos un poco de la experiencia real de Jesús.

En momentos de la vida creo que nos hemos ido, nos hemos marchado; nos han parecido más alentadoras otras palabras porque se acomodan a nuestra forma de pensar. Hoy tenemos que caer en cuenta que en ese alejarse de Jesús hemos pasado hambre, nos hemos sentido morir, hemos buscado aguas pero quedamos con sed. Los invito a reconocer que en Jesús está la vida, la eternidad, el amor, que su enseñanza es dura, como una medicina amarga pero necesaria para sanar, para alcanzar la paz y la libertad que anhelamos.

Nosotros no deberíamos escandalizarnos de la invitación que Jesús nos hace de comer su cuerpo, de alimentarnos de Él, de comer su carne que es Pan de vida eterna, que es Pan vivo bajado del cielo.

Él es Dios, vino de Dios y regresa a Dios; saber que nos comemos a Dios en cada Eucaristía; saber que el cielo cabe en una pequeña hostia y que la humanidad entera se eleva al cielo al abajarse Jesús y hacerse alimento para el camino, eso es lo que nosotros debemos acoger con humildad, con fe. De Dios nada nos puede sorprender, en Él no falta el deseo de entregarse en amor y de acogernos en su corazón.

Como lo enseña Jesús y nos debe quedar claro es que lo que hace que la carne dada por Él en la Eucaristía sea alimento y salvación es el Espíritu de Dios que transforma todo. Es el Espíritu que llena de vida el Pan que es Carne y esa carne que es salvación del mundo. Jesús va al Padre, regresa en cada Eucaristía por la fuerza del amor de Dios que permite que Él se nos ofrezca como víctima de reconciliación y hace de nuestro ser su casa transportándonos al cielo y haciendo del corazón inhabitación trinitaria para la salvación del mundo.

Tomemos la decisión, como lo hicieron los apóstoles, de no irnos, de nos alejarnos de la presencia del Señor.

Sus Palabras son Espíritu y vida, son palabras de vida eterna. Si tenemos fe no debemos escandalizarnos de las propuestas de Jesús. Todas son hechas por amor y para nuestro propio bien. Aprendamos que Jesús no obliga a nadie pero quien decide continuar debe hacerlo sinceramente. Debe acoger su enseñanza, tratar de vivir su Palabra y ser fiel sin escandalizarse. La enseñanza de Jesús es dura pero si es acogida con amor y desde el corazón cambia la vida porque la llena de amor y de un amor que nos hace capaces de vivir en la entrega incondicional al prójimo.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 22 DE 2021Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

PARA ESTA SEMANA AGOSTO 22 DE 2021